Muchos indicios en la literatura científica apuntan a que la obesidad cuya prevalencia está incrementando de forma alarmante es consecuencia de una nueva forma de adicción. Adicción al azúcar...¿addición al azúcar? Sí, al decir esto no nos referimos al azúcar blanco que utilizamos para endulzar el café, o a los caramelos, nos referimos a los hidratos de carbono de absorción rápida. Entre ellos se engloban todas las harinas refinadas, arroz blanco, pasta, etc. La digestión tanto del azúcar blanco como de las harinas refinadas dará lugar a glucosa que será absorvida por el organismo.
Es communmente conocido que los alimentos se componen de hidratos de carbono, proteínas, grasas y agua. También están compuestos de los llamados "micronutrientes", esenciales para la vida humana. Sin embargo, desde la época de nuestros ancestros hasta ahora ha tenido lugar un cambio radical en nuestra alimentación. Primero tuvo lugar un cambio de una alimentación basada en frutos silvestres, semillas y caza a una dieta basada en la agricultura y la ganadería. En la actualidad, en menos de 200 años, ha tenido lugar un nuevo cambio en nuestra forma de alimentarnos, tendiendo a lo que podríamos denominar "alimentos densos y refinados" pobres en micronutrientes (García, 2009). Por ello, por la falta de micronutrientes, podríamos llamar a la obesidad, paradójicamente, "enfermedad del hambre".
En la antigüedad, los humanos tenían que asegurarse que podían acumular la mayor cantidad de grasa, para soportar periodos de hambre, por ello nuestro páncreas evolucionó hasta convertirse en la máquina perfecta, capaz de detectar pequeñísimos cambios en las concentraciones de glucosa en sangre para secretar insulina. La insulina, también llamada "hormona adipogénica" (del latin adeps "grasa") permite que podamos fabricar grasa a partir de la glucosa que circula en nuestra sangre.
Experimentos realizados en ratones demostraron que casi la mitad de la insulina que secretan estos animales no es necesaria para la vida (Carobbio, 2009). Sin embargo, esta insulina era necesaria para que los ratones pudieran acumular grasa. Por ello, los ratones que tenían menos insulina quedaban delgados, aunque su dieta fuera rica en azúcar y grasas.
Podemos afirmar que nuestro cuerpo es perfecto. Sí, sin lugar a dudas...la única diferencia es que nuestras condiciones externas han cambiado. Ahora ya no tenemos que gastar energía en salir a cazar, ni en recolectar frutos, ni tenemos que soportar estoicamente largos y fríos inviernos casi en la intemperie. ¡En pocos años (evolutivamente hablando), nuestro modo de vida ha cambiado radicalmente!. Pero nuestros genes no han tenido tiempo a adaptarse a este cambio tan drástico. Y nuestro perfecto cuerpo sigue queriendo protegernos de posibles periodos de hambruna, acumulando todo lo posible.
Así es como nos volvemos obesos. Nuestros niveles de insulina están casi permanentemente elevados, por la alta ingesta de azúcar, harinas refinadas y bebidas carbonatadas con azúcar, zumos de frutas, etc. Y la insulina es una trabajadora incansable y cumple su cometido a la perfección, permitiendo que la glucosa entre en las células de nuestro cuerpo, el músculo, el hígado y las células adiposas.
Sin embargo, el exceso y la rapidez no son siempre buenos compañeros de camino y pueden comenzar los problemas...porque el páncreas también se cansa de producir insulina, y cuando los niveles de glucosa y grasa en sangre están elevados de forma crónica comienza la muerte...la muerte de las células que producen insulina, un fenómeno denominado "glucolipotoxicidad" (Poitout, 2009). En este proceso el exceso de grasa (lípidos) y glucosa en sangre es tóxico para las células del páncreas, que terminan muriendo. Este es el proceso que aboca a la aparición de la diabetes de tipo II.
Por ello, la obesidad es la madre de la diabetes de tipo II. Prueba de ello es que la incidencia de ambas enfermedades muestra un aumento similar. Según datos de la Organización Mundial de la Salud la diabetes es causante de un 5% de las muertes que se producen en el mundo. Y las estadísticas son alarmantes, las muertes por diabetes aumentarán en más del 50% en los próximos diez años si no se realizan acciones urgentes (http://www.who.int/diabetes/en/).
Así, el azúcar en nuestra dieta es un veneno encubierto...un dulce veneno podríamos decir. Que además es adictivo...algunos investigadores han demostrado que existen efectos similares derivados del consumo de cocaína y el consumo de alimentos ricos en azúcar. Ambos, la cocaína y los alimentos ricos en azúcar, causan una liberación de dopamina en el cerebro, lo que nos produce placer (Wang, 2004). De hecho, la ingesta compulsiva de comida que se observa en algunos individuos obesos es similar a la que se observa en adictos a drogas y se ha demostrado que en estos individuos los receptores de dopamina en el cerebro están muy disminuídos. Por ello, se ha postulado que esta sería la causa por la que ambos grupos buscan la droga o la comida, para poder liberar más dopamina y compensar los niveles disminuídos de receptores (Wang, 2004).
Entonces, ¿qué es la obesidad? ¿una enfermedad del hambre? ¿consecuencia de la busqueda compulsiva del azúcar que se convierte en una droga?. Es aún temprano para poder encontrar una definición adecuada a este fenómeno complejo. Como en el caso del cambio climático, el tiempo se encargará, inexorablemente, de proporcionarnos la respuesta.
Carobbio S, Frigerio F, Rubi B, Vetterli L, Bloksgaard M, Gjinovci A, Pournourmohammadi S, Herrera PL, Reith W, Mandrup S, Maechler P."
Deletion of glutamate dehydrogenase in beta-cells abolishes part of the insulin secretory response not required for glucose homeostasis." J Biol Chem. 2009 Jan 9;284(2):921-9. Epub 2008 Nov 17.
García OP, Long KZ, Rosado JL.(2009)"Impact of micronutrient deficiencies on obesity."Nutr Rev. 2009 Oct;67(10):559-72.
Poitout V, Amyot J, Semache M, Zarrouki B, Hagman D, Fontés G.(2009) "Glucolipotoxicity of the pancreatic beta cell." Biochim Biophys Acta. 2009 Aug 26.
Wang GJ, Volkow ND, Thanos PK, Fowler JS."Similarity between obesity and drug addiction as assessed by neurofunctional imaging: a concept review."J Addict Dis. 2004;23(3):39-53. Review.
27 nov 2009
La obesidad, ¿una nueva forma de adicción?
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